UNA PEÑA DESDE 1980
Bienvenidos
a nuestra pequeña muestra de las cosas que nos gustan y nos unen...
LA FIESTA
DE SAN ISIDRO
Como explicamos en nuestra historia, la
Peña nació en una
merienda de unos cuantos amigos, a través de nuestro blog parecerá que siempre
tenemos la mesa puesta, y es que hemos querido seguir la costumbre de reunirnos
alrededor de una mesa con más o menos viandas porque nos gusta estar juntos y
la mesa es siempre una excusa.
Alguien dijo, con acierto, mesa y mantel lubrica la amistad.
Un grupo bien avenido
Para esto de la fiesta somos muy serios... y nos lo tomamos con rigor... el buen humor va acompañado del buen hacer.
Nos gusta posar para las fotos, y ahí queda el recuerdo, como algunas que se verán en el blog de hace más de treinte años
PREGÓN FIESTAS DE SAN ISIDRO 1959
Martín Martí Fonrt
¡Oh, pueblo de Yecla! Bendito terreno
de las bellas mozas y del vino bueno.
Pueblo que trabaja que entona canciones,
que goza de fiestas y tradiciones ...
y, a pesar de ello, leo, con asombro
que anda por el mundo“con la Muerte al hombro”
Yo no me lo creo, Yecla se divierte
y el pueblo que goza no piensa en la Muerte.
Tierra alegre y noble: sigue tu sendero,
que risa y trabajo son de buen agüero.
Llegó San Isidro. Justo es que, en su honor,
hagamos la fiesta con todo esplendor.
Y ya que el oirme no cuesta dinero,
escuchad los ripios de este pregonero,
heraldo del Santo que fue Labrador.
Ya está repicando fuerte
las campanas de la Iglesia.
Ya de nuestro San Isidro
se anuncia la hermosa fiesta...
y, aprisica, todo el mundo
se ha metido en la faena
de adornar carros y coches,
pa ver -¡contra!- quien se lleva
esos premios que se anuncian ...
¡y que bien valen la pena!
Hay que festejar al Santo
con quien estamos en deuda;
que él cuida de nuestros campos
y se ha portao de primera.
Porque la vendimia última,
en general, fue muy buena,
pues no se esperaba nadie
tan abundante cosecha,
ni mucho menos vender
las uvas a tres pesetas.
¿Qué luego ha bajao el vino...?
Esto ya son otras cuentas.
El negocio es el negocio ...
y algunas veces aciertas
y otras veces, al contrario,
pierdes ... ¡hasta las orejas!
Pero es el caso que el Santo
nos obsequió a manos llenas.
Y hogaño, ya lo habéis visto,
él nos ha regao las tierras,
pa que no padezca sed
viñas, sembraos ni oliveras.
¡Señores, qué invierno de agua!
San Isidro abrió la geta ...
y el Diluvio Universal
fue una pequeña gotera
al lao de los aguaceros
que cayeron sobre Yecla.
Con tanta agua parecía
que estábamos en Venecia,
que es un pueblo, según dicen,
con calles que son acequias,
y hay tal cantidad de agua,
que no se ven las aceras
y no puedes ir andando
ni montar en bicicleta.
Allí los zagales tienen
un verdadero problema:
el que no sabe nadar
no puede ir a la escuela.
Y si has de salir de casa
pa visitar a tu suegra
o pa pagar los arbitrios;
o tienes que ir a la tienda
a comprar, pongo por caso,
medio kilo de habichuelas ...
¡resulta que has de embarcarte,
como si fueras a América!.
Igual, pizca mas o menos,
este invierno ocurrió en Yecla.
Y esa abundancia de lluvias
fue la vida pa la siembra,
y la salud pa´l plantío
y pa´l pueblo, la riqueza.
Por eso hay que honrar al Santo
tó lo mejor que se pueda.
No detallo los festejos,
porque están en la mollera
de todos, por ser los mismos
que cada año se celebran.
Y, además, en el Programa
ya podréis ver la reseña.
Lo que no puedo callar
es el elogio a la REINA
que se ha elegido esta vez,
pues cuando supe quien era
y vi su cara de rosa,
y su figura esbelta,
y ese color encendido
de su belleza morena;
cuando sus dos ojos negros
- como si fueran dos flechas -
se clavaron en los míos ...
-¡ay!- me dió una “sudaera”
que se me quitó la “gripi”
que no podía echar fuera.
Recibe, pues, mi saludo,
ANITA AZORÍN CANDELA,
Reina de los labradores,
por ser labraora auténtica.
Y aunque tu reinado es corto,
dejará profunda huella
en los tiernos corazones
de los mozos de esta tierra,
que admiran, encandilaos,
tu encantadora presencia.
También, atento, saludo
a tus guapas compañeras
que forman lucida corte ...
y que brillan como estrellas
en el cielo puro y limpio
de tu mágica belleza.
Y nada más, paisanicos.
Que gocéis bien la fiesta ...
y hasta el año venidero,
si quiere Dios que así sea.